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Lactancia en el trabajo: Una regulación legal desconectada de la realidad

Pese a la regulación actual, la lactancia en el trabajo aún es un desafío para muchas mamás trabajadoras. Desde tiempo insuficiente hasta espacios inadecuados para lactar o incluso, la ausencia de estos.
Si bien la Ley Federal del Trabajo (LFT) protege la lactancia dentro de los espacios laborales, la regulación se encuentra lejos de la realidad que viven las madres trabajadoras, ellas enfrentan retos como los traslados a sus centros de trabajo, tiempo insuficiente para lactar o espacios mal diseñados.
De acuerdo con Alix Trimmer, fundadora de la firma LAIN, la dinámica laboral diaria no permite que las dos pausas de media hora que tienen por ley las mamás trabajadoras para realizar el proceso de lactancia, sean aprovechados en su totalidad.
“Tenemos un panorama legal bastante alejado de la realidad, no refleja las necesidades que día a día puede tener una persona trabajadora que acaba de tener un bebé. Es una ley que está dejando fuera del disfrute real de sus derechos a muchas personas trabajadoras”, asevera.
El artículo 170 de la Ley Federal del Trabajo (LFT) reconoce el derecho de las trabajadoras en periodo de lactancia a dos pausas al día, de 30 minutos cada una, para alimentar a sus hijos o extraer la leche materna, esto en un lugar destinado por el empleador para este fin, mismo que debe ser higiénico. También se permite acordar una jornada laboral más reducida.
Sin embargo ni si quiera la regulación actual se aplica de manera correcta, opina Alix Trimmer. Algunos centros de trabajo no otorgan como tal las pausas, por el contrario, retrasan la hora de entrada habitual 30 minutos y adelantan media hora la salida. “Se rompe con la idea de para qué es esa media hora, porque esas mujeres que laboran no están cargando con el bebé dentro del trabajo. Esa media hora, por más que parece algo humano o empático, no lo es, ya que al hacer la ley no se pensó en la complejidad que eso representaba”.
A raíz del derecho que se reconoce en la LFT, hay centros de trabajo que han habilitado salas de lactancia, pero muchas de ellas no están adaptadas en su totalidad o se ubican lejos de las zonas de trabajo.
En ese sentido, Alejandra Orellana, cofundadora de Lactarum, explica que una mamá demora alrededor de 20 minutos en extraer y almacenar la leche, situación que se complica si los lugares de lactancia se encuentran retirados de los espacios de trabajo.
“Muchas veces las zonas de lactancia están en lugares muy lejanos, entonces solo el desplazarse del trabajo hasta donde está dichas áreas toma probablemente 10 minutos de ida y el mismo tiempo de regreso, con lo cual quedan apenas 10 minutos para estar en la sala de lactancia. A lo mejor la media hora sería suficiente si es que se tuviera una sala cerca, pero si no se cuenta con ella y se debe buscar un auto, un baño, una bodega o algún área donde tenga que lactar, solo en buscar el espacio seguramente el tiempo se habrá ido”, resalta.
A su vez, Fátima Masse, cofundadora de la consultoría Noubi Advisors, sostiene que en la medida en que los entornos laborales faciliten la lactancia, también se reducen las barreras para que las mujeres se mantenga en el mercado laboral.
“No es solo lactar, hay que tratar la leche adecuadamente, no puede estar en un escritorio o lugar de trabajo, necesita refrigeración por cierto tiempo y mantenerla de manera adecuada se complica por las distancias o los traslados del trabajo a la casa, eso también cuenta, por eso la importancia de salas de lactancia bien establecidas”, comenta.
De acuerdo con el Gobierno Federal, las salas de lactancia genera entornos laborales protectores de la salud e igualitarios, ya que provee a las trabajadoras de un espacio higiénico y adecuado para continuar con la lactancia materna y conciliar con sus actividades productivas.
“La instalación de una sala de lactancia no representa un costo elevado para la organización, ya que no necesariamente se requiere de un espacio nuevo, sino que puede acondicionarse alguno existente”, afirma.
Además, los beneficios para la empresa son que disminuye el ausentismo laboral; asegura el retorno al trabajo luego de la licencia de maternidad, obtiene mayor compromiso y sentido de pertenencia de las trabajadoras, mejora la imagen de la organización, posiciona a la empresa como un referente, hay un ahorro en costos de atención a la salud y un beneficio en la productividad.
Existen avances, pero falta mucho por recorrer
Las especialistas señalan que, si bien existen avances en la lactancia en el trabajo, se tienen retos y oportunidades que deben considerarse para que las mujeres puedan conciliar la lactancia y las actividades laborales.
“Sí veo un cambio, sobre todo en las grandes empresas, pero el país tiene una economía que se sostiene de micro, pequeñas y medianas empresas, entonces poner un lactario no es algo gratuito o sencillo, por lo tanto, difícilmente va a ser realidad que todas esas empresas destinen parte de su presupuesto a la creación de estos espacios”, afirma Alix Trimmer.
En ese sentido, Alejandra Orellana indica que entre los aspectos positivos que se tienen es que hoy se habla del tema y existe una normativa que exige a las organizaciones tener las salas de lactancia; sin embargo, “hay organizaciones cuya realidad es que no consideran importante destinar una inversión a una sala de lactancia o tienen espacios de trabajo tan grandes que están muy alejadas” comenta.
Mientras que Fátima Masse, afirma que las empresas que han instalado salas de lactancia dignas, no sólo mejoran las condiciones laborales, también atienden una gran necesidad de sus trabajadoras.
“Hay organizaciones que hacen paquetes de medidas, que son políticas de las empresas que terminan generando beneficios para la familia y trabajadores en general”, señala.
Retos por atender
Alejandra Orellana expone que existen varios desafíos para las empresas, como la idea de que la lactancia materna es una necesidad y responsabilidad específica de la madre.
“La sociedad debe reconocer que para que una mamá sea exitosa con su lactancia necesita una red de apoyo, la cual va más allá de una pareja o familia, sino que necesita que la empresa y los entornos laborales apoyen a las madres”, afirma.
En tanto Fátima Masse indica que otro de los retos que tienen las organizaciones es que no saben cómo o dónde colocar los espacios de lactancia: “Lidian con qué hacer, con no tener espacios ociosos».
La UNICEF recomienda a las y los directivos de las empresas desarrollar e implementar políticas para prevenir la discriminación hacia las mujeres embarazadas y madres, en particular durante el periodo de lactancia. Además de gestionar la implementación de la sala de lactancia que cuente con los insumos mínimos indispensables.
Foto: Freepik. Con información de Eduardo de la Rosa. Publicado en El Economista.
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