Hay tradiciones que debemos dejar atrás

Por: Marco Carrera Santa Cruz, FINAPER S.C.

Muchas veces con el argumento de que estamos muy ocupados, que no tenemos tiempo, que tenemos mucha prisa, dejamos o posponemos el hacer un plan respecto de cómo vamos a gastar nuestro dinero.

En otras ocasiones con el (falso) argumento de que nos da pena contar y administrar nuestro dinero, «no vayan a pensar que no puedo pagar eso…», nos dejamos llevar por el día a día, enfrentándonos a el gasto corriente diario, a las supuestas ofertas que veamos por ahí y también a los gastos no previstos que pudiéramos tener que enfrentar y así esperar que llegue el próximo mes o quincena que «nos saque de apuros» para los asalariados. Lamentablemente muchas veces no tenemos una estrategia o plan de gasto y luego pagamos las consecuencias de manera muy costosa.

Para muchas personas la llamada «cuesta de enero»  esa época en la que se resiente el pago de deudas después del mayor gasto que se efectúa en Diciembre, es algo que se da por hecho, cuando idealmente es algo que debe evitarse. La ignorancia financiera, con independencia del dinero que ganes, sea mucho o poco, nos puede costar mucho; para ello existen herramientas que ofrece la Educación Financiera que nos puede ayudar de manera significativa en el manejo de nuestro dinero. De nosotros depende que repitamos errores o que hagamos algo para mejorar nuestra propia salud financiera.

* ¿Quieres vivir con un menor nivel de deudas o sin ellas?

* ¿Quieres acabar el mes o la quincena con algún saldo de tu dinero, disponible?

* ¿Quieres atender una necesidad, tener un plan de ahorro, alcanzar alguna meta o proyecto que tengas previsto para este año?

¿Cómo hacerlo?, elaborando tu propio presupuesto.

Quizás pensamos que eso de hacer el presupuesto es algo muy complejo que solamente lo puede hacer gente especializada. No es así. Para realizar un presupuesto el profundo nivel matemático que requieres es que sepas sumar y restar.

Para elaborar tu presupuesto puedes usar una hoja de papel, un lápiz o un excel. La idea básica es que enlistes cuáles son tus fuentes de ingreso y por qué cantidades, en el lado izquierdo de la columna, y del lado derecho anotes cuáles son tus gastos. Al restar tus gastos a tus ingresos tendrás tres escenarios:

– Tienes saldo a favor (ganas más de lo que gastas),

– Sales en ceros (lo que ganas, es lo que gastas),

– Tienes saldo negativo (gastas más de lo que ganas. Estas quebrado).

El ejercicio antes planteado será válido para ti si anotas todos tus movimientos de gasto y de ingreso, absolutamente todos.

Este ejercicio requiere también que lo refieras o detalles a un periodo de tiempo determinado, es decir puedes hacer tu presupuesto semanal, quincenal, mensual, anual o por el periodo que tu lo requieras.  Si lo que en realidad buscas es mejorar tu salud financiera, es importante que asumas el ejercicio de hacerlo en todo momento. Toma en cuenta que la información y resultados que obtengas son para ti. No es para el jefe, no aplica para cuestiones fiscales. Solo tú serás el que obtendrá los resultados de esa información.

La información de tu propio presupuesto, puede ser guía (brújula) para que tomes mejores decisiones de gasto.

Las deudas por si mismas no es algo negativo, dependerá de su cuantía como proporción del ingreso, uso y condiciones en que se tengan documentadas esas deudas que deban tomarse decisiones para mejorar tu disponibilidad de ingresos que veras reflejado al momento de hacer tu presupuesto. A manera de ejemplo, en la medida que sepas con claridad cuál es tu disponibilidad para terminar el mes o la quincena, sabrás si puedes comprar o gastar determinada cantidad de dinero en esa «gran oferta» que viste o si te puedes dar aquel gusto sin que por hacer ello, te metas en problemas para terminar o empezar el mes o quincena siguiente.

La realización periódica de tu propio presupuesto te aportará información útil para que puedas conducir tu vida financiera con mejor determinación conociendo cuál es tu alcance y capacidad real de pago sin incurrir en problemas de deuda.