5 iniciativas de equidad de género para tu empresa

El 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer. En esta fecha, instituciones, empresas y sociedad civil,  buscan mejorar la situación de la mujer.

La integración de una política de equidad en oportunidades entre mujeres y hombres resulta una práctica para la mejor gestión de la empresa, al centrarse en las aptitudes de las personas, sin ejercer la discriminación a causa de su sexo; evitando así caer en estereotipos “femeninos” o “masculinos” que entorpezcan la selección, desarrollo, capacitación o ascenso del personal

Los desequilibrios entre las mujeres y los hombres tienen repercusiones adversas en las organizaciones. Por ejemplo, al no potenciar de igual manera al conjunto de colaboradores, se limitan sus posibilidades de desarrollo productivo y de competitividad empresarial. En cambio, promover la concientización de la equidad y desarrollar iniciativas de formación, comunicación y participación, con un enfoque de género, fomentará los medios para lograr una mejora en el progreso de la organización.

Es requerido, antes de implementar cualquier iniciativa, realizar un diagnóstico que permitirá analizar la realidad de la empresa en relación con la igualdad, ubicando situaciones y comportamientos nocivos existentes, en vías de superación o ya superados. El estudio deberá proporcionar la información suficiente para implementar las mejores prácticas.

Lo principal para comenzar a emplear iniciativas contundentes y efectivas, es el compromiso real de la organización. Éste debe darse a nivel a nivel interno, es decir, en todos los integrantes de la empresa; mientras que necesita extenderse, a su vez, a un nivel externo: a los clientes y proveedores, y, en lo posible, en foros de difusión y discusión.

A continuación se presentan 5 iniciativas con perspectiva de género para auxiliar en la organización de la empresa

1. Distribuir documentos y organizar campañas corporativas de información y sensibilización del personal: Esto puede hacerse por medios escritos o a través de presentaciones. Están dirigidos explícitamente a exponer la equidad como valor esencial de la organización.

2. Impulsar la relación de igual a igual entre los hombres y mujeres en el equipo de trabajo: por ejemplo, impartiendo la misma capacitación y oportunidad de promoción; o bien, evitando relegar a las mujeres asignándoles tareas estereotipadas. También será necesario prevenir el uso de lenguaje sexista y comentarios peyorativos que refuercen roles de género

3. Celebrar en forma pública los logros de manera equitativa: Aplaudir abiertamente a las colaboradoras por sus buenos resultados, al igual que sucede con los varones. Esto las empoderará y animará a desarrollarse y perfeccionar su desempeño en todos ámbitos de su vida. Reconoce sus ideas y aportaciones, dando crédito cuando lo merecen.

4. Aplicar mecanismos de retroalimentación: facilita el acceso al conocimiento sobre los efectos reales de las medidas adoptadas. Disponer de un instrumento de recogida de información permitirá supervisar la adecuación e impacto de las medidas implementadas.

5. Conversar y escuchar a las colaboradoras: Quizá sea la mejor medida que se pueda tomar, pues tener respetuosa y eficiente comunicación con las mujeres, ayudará a saber cómo se sienten, quiénes son, cuáles son sus motivaciones y metas; además de identificar habilidades y competencias, tanto individuales como empresariales.

La integración de un programa de equidad de género, además de cumplir con la normativa vigente, contribuirá a mejorar la imagen y resultados de la organización. Garantizar el trato equitativo en todos los niveles de la plantilla, cosechará grandes beneficios para la empresa y acelerará el proceso de alcanzar más altas metas.

Por último, hay que tener presente lo expuesto por La Declaración Universal de los Derechos Humanos en su primer artículo: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”; reforzando continuamente la idea de que, aunque diferentes, hombres y mujeres tienen el mismo valor y derecho a vivir y desarrollarse plenamente.

Amedirh