«Otras formas de gestionar talento son posibles»: Sergio Ezama, Chief Human Resources Officer (CHRO) de Netflix

Ezama planteó un enfoque radicalmente diferente sobre la gestión del talento en el entorno corporativo actual. Netflix ha transformado la manera en cómo se aborda el desarrollo de su personal, alcanzando niveles de rotación del 3%, un compromiso del 89% y una tasa de aceptación de ofertas del 90%.

Estas cifras reflejan el éxito de un modelo único en la gestión de Recursos Humanos que ha permitido a la compañía no sólo expandirse a más de 190 países, sino también consolidarse como el mayor creador de contenido audiovisual del mundo.

Una de las claves de este éxito, según Ezama, radica en que Netflix ha pasado de ser una empresa que distribuye contenidos a convertirse en un auténtico motor global de creación cultural, encontrando historias locales que conectan con audiencias en todo el mundo. Este fenómeno, bautizado por la prensa como el «Efecto Netflix», es un ejemplo de cómo la compañía se ha adaptado y reinventado en un sector en constante evolución.

A la par de esta transformación, Netflix ha desarrollado una cultura organizacional única, que gira en torno a la libertad y la responsabilidad, plasmada en el documento «Netflix Culture: Freedom & Responsibility», una guía fundamental para la empresa y muchas otras organizaciones en Silicon Valley.

Ezama explicó que el modelo de gestión de Netflix es diferente porque se basa en principios que rompen con las prácticas convencionales de recursos humanos. Hace diez años, Netflix operaba con 2,000 empleados y llegaba a 30 millones de hogares. Hoy, cuenta con 14,000 colaboradores y alcanza 278 millones de hogares. Este crecimiento no habría sido posible sin una estrategia de Recursos Humanos que prioriza el talento por encima de todo.

Uno de los pilares de esta estrategia es la creencia de que el camino a la excelencia comienza con tener al mejor talento disponible. Para Netflix, no se trata de ser una familia, como se suele decir en muchas empresas. En lugar de eso, son un equipo altamente cualificado, donde cada miembro es evaluado continuamente en función de su capacidad para contribuir al éxito colectivo; si alguien no cumple con los estándares de alto rendimiento, es reemplazado.

Netflix también ha reinventado la manera de compensar a sus empleados. A diferencia de la mayoría de las grandes empresas, no ofrecen bonificaciones en acciones ni pagos variables. Todo el paquete de compensación se realiza en efectivo y de manera inmediata, lo que permite atraer a los mejores talentos del mercado.

Otro aspecto crucial es la franqueza brutal que caracteriza a la cultura organizacional de Netflix. En lugar de depender de evaluaciones de desempeño semestrales o anuales, el feedback es constante y directo, lo que requiere coraje y honestidad. Las personas están por encima de los procesos, y no se trata de imponer burocracia, sino de permitir que el talento florezca sin asfixiarlo con normativas innecesarias.

Por último, la política de gastos de Netflix es simple pero efectiva: los empleados deben actuar siempre en el mejor interés de la empresa. Esta refuerza la idea de que cada persona en Netflix es inusualmente responsable además de talentosa.