Usa las deudas a tu favor

“El dinero es tu esclavo si sabes emplearlo; tu amo, si no sabes”  Publio Siro

La palabra deuda se origina del latín debita (lo que se debe a alguien) cuyo significado hace referencia a la obligación de devolver o reembolsar algo a alguien.

Generalmente entendemos la palabra deuda como algo vinculado a dinero y así, es común entender o interpretar el termino deuda, como el hecho de que se debe devolver, pagar o entregar una cantidad de dinero que no ha sido propiedad del sujeto que dice tener una deuda a quien permitió el uso de ese dinero.

En general la deuda tiene una connotación negativa. A partir de las dramáticas historias y experiencias diversas que por supuesto ninguno de nosotros hemos experimentado, pero que nos han platicado respecto de aquel vecino, primo del amigo, o de ese compañero de la oficina que ha padecido situaciones complejas para conseguir dinero y pagar sus compromisos, es que la primera reacción al escuchar la palabra «deuda» se considera que es mala.

Una deuda asumida en buenas condiciones, siempre con mesura, puede ser algo positivo o conveniente, quizás incluso llega a ser indispensable para la formación o incremento de patrimonio; pero si no sabes dimensionar, evaluar y contratar adecuadamente una deuda en cuanto a su tasa de interés, plazo, comisiones y condiciones de pago, puede convertirse en una pesadilla y afectar de manera dramática tu vida y la de las personas que de ti dependan.

Con independencia de las múltiples ofertas de crédito a que estamos expuestos día con día y ante la necesidad de buscar opciones para tomar deuda, es importante que primero definamos con precisión ¿cuál es nuestra necesidad, qué cantidad de dinero requerimos y para qué lo vamos a utilizar?.

Tiene sentido tomar deuda cuanto sabes que en determinado plazo tendrás los ingresos suficientes para pagarla incluyendo el costo por hacer uso
del dinero en el tiempo (pago de intereses).

Mucha gente en México creció con la idea de que tener acceso a crédito es algo caro y difícil de obtener.  A partir de los avances en la regulación del sistema financiero mexicano, esta situación ha cambiado, con lo cuál ahora es sencillo tener acceso al crédito, lo que aún falta es que se logre una mejora en el precio o costo del crédito.

Al recorrer un centro comercial es común recibir (con insistencia) ofertas de planes de crédito; caso similar ocurre con las llamadas telefónicas y correos electrónicos que nos llegan con el mismo propósito. Otra reciente modalidad son las plataformas electrónicas (fintechs), que pueden ofrecer opciones muy atractivas pero hay que tomar en cuenta los méritos propios o ventajas de cada opción y no dejarse llevar por la facilidad de disponibilidad, menor número de clicks o el atractivo de la página en lugar de analizar objetivamente las condiciones y costo que implica cada opción.

En general:

• No dejes que la rapidez con la que te puedan autorizar los créditos te evite comparar de entre varias opciones aquella que mejor se adapte a tus necesidades.
• Elabora tu presupuesto para que definas cuál será tu capacidad de pago.
• Exige la entrega del contrato de adhesión, estados de cuenta y recibos de operación claros, específicos y que no contengan cláusulas abusivas.
  • Conoce el Costo Anual Total  (CAT) y la tasa de interés de cada opción que consideres a manera de que puedas comparar con claridad las opciones.

Por: Marco Carrera Santa Cruz, FINAPER, S.C.