¿Colaborará México para eliminar el acoso en el mundo del trabajo?
Tres años después de que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) emitiera el Convenio 190 para eliminar la violencia y acoso en el mundo del trabajo, México se sumará a la ratificación de dicho convenio internacional, con lo que se compromete a poner en marcha las leyes y medidas políticas necesarias para prevenir y atender esta problemática.
Así, las Comisiones Unidas de Relaciones Exteriores y de Trabajo y Previsión Social del Senado de la República presentaron el decreto en el que México se suma a naciones como Argentina, Ecuador, Italia y otros siete países, para erradicar la violencia y el acoso en el trabajo en la que se adoptan diversas formas y causan un daño físico, psicológico, sexual o económico.
Cabe destacar que desde la pandemia de Covid-19 se ha puesto esta cuestión aún más de relieve, pues desde el inicio del brote en todos los países se han denunciado muchas formas de violencia y acoso relacionadas con el trabajo, en particular contra las mujeres y los grupos vulnerables.
Parte del proceso de la ratificación establece que el Convenio entrará en vigor doce meses después de la fecha en que las ratificaciones de dos Miembros hayan sido registradas por el Director General de la OIT.
El convenio protege a asalariados según se define en la legislación y la práctica nacionales. Todas las personas que trabajan, cualquiera que sea su situación contractual; así como las personas en formación, incluyendo pasantes y aprendices, o trabajadores que hayan sido despedidos.
La OIT ha destacado que la violencia y el acoso se presentan en el lugar de trabajo físico, los espacios públicos y privados cuando son un lugar de trabajo; los desplazamientos, viajes, eventos o actividades sociales o de formación relacionados con el trabajo; los lugares donde se paga al trabajador, donde éste toma su descanso o donde come; las comunicaciones relacionadas con el trabajo, incluidas las realizadas por medio de tecnologías de información y de la comunicación.
Con información de El Economista.
