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Última actualización: 3 de mayo de 2024
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Gig Workers: Un fenómeno laboral que sigue creciendo

5 de mayo de 2023
workers

Las nuevas modalidades de empleo asociadas a las plataformas digitales han propiciado un avance acelerado del trabajo independiente. Esto beneficia a las personas que buscan mayor flexibilidad, sin embargo, representa un desafío para la garantía de los derechos laborales.

Los trabajadores “gig” son personas que ofrecen sus capacidades y talento de manera prácticamente independiente y para diferentes empresas. En principio, este fenómeno social y laboral irrumpió a través de plataformas digitales —por ejemplo, los colaboradores de Uber y Airbnb, entre otras marcas—. A través de estos medios, un agregador les permite conectarse con una amplia variedad de clientes que, poco a poco han generado condiciones para aprovechar esta modalidad de contratación, cuidando permanecer apegados a los marcos legales y normativos vigentes en cada país.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) señalaba que antes de la pandemia, sólo en Estados Unidos, había alrededor de 56 millones de trabajadores independientes y 164 millones en Europa. En sus pronósticos, la OIT anticipaba que un 60% de la fuerza laboral mundial podría llegar a estar compuesta por colaboradores y contratistas independientes.

La flexibilidad laboral es uno de los principales beneficios, tanto para el gig worker como para las empresas. Por una parte, los colaboradores tienen la oportunidad de elegir cuándo, dónde y cómo trabajar, adquiriendo mayor control sobre el tiempo, la calidad de los entregables y sus propios métodos para mantener el equilibrio entre la vida personal y la profesional. Con el apoyo de las plataformas digitales, pueden ofrecer una gama cada vez más amplia de servicios, en los que se enfocan sus conocimientos y habilidades sin la necesidad de comprometerse al esquema convencional de la jornada laboral de 40 horas semanales.

Para la empresa, también representa ventajas importantes, pues se pueden contratar los servicios para proyectos que, por su naturaleza, demandan mayor agilidad de la que se encuentra disponible a través del talento contratado de tiempo completo. Asimismo, es posible acceder a personas cuyas competencias son más diversas que las que posee el talento contratado de tiempo completo.

Aun cuando se presentan éstas y otras dificultades, el segmento de los gig workers está creciendo en México, tanto en número de colaboradores como en importancia para la economía local. De acuerdo con un estudio efectuado por la Asociación Mexicana de Internet (AMIPCI), se estima que alrededor del 7% de la población económicamente activa en México ya trabaja en esta modalidad. Además, se espera que el volumen aumente en los próximos cinco años, impulsado por la creciente adopción de tecnologías digitales y la demanda de flexibilidad laboral.

Para la sociedad, los retos no son menores. Según lo difundido por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en 2020 se calculaba que existían alrededor de 4.7 millones de personas que realizaban trabajos por cuenta propia en el sector informal de la economía mexicana, incluyendo a aquellos que trabajan como gig workers o colaboradores independientes para empresas. Esta cifra representa el 14.5% de la población económicamente activa del país.

Lo anterior implica, por un lado, la urgente necesidad de regular los términos y condiciones de contratación de los gig workers de manera que se garanticen ofertas de valor al colaborador diferenciadas y más sólidas tanto para ellas y ellos, así como la adecuada protección fiscal y jurídica para las organizaciones. También representa una alternativa de empleo flexible, donde el profesional y el técnico pueden desarrollarse plenamente, participando en varios proyectos y desde cualquier lugar del mundo.