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Última actualización: 19 de abril de 2024
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¿Qué significarán los próximos 20 años para el empleo y cómo prepararse?

9 de mayo de 2019
¿Qué significarán los próximos 20 años para el empleo y cómo prepararse?

A medida que la cantidad de robots en el trabajo ha alcanzado niveles récord, vale la pena señalar que, según un informe del mes pasado, en 2018 el nivel de desempleo mundial cayó a 5,2 %, el nivel más bajo en 38 años.

En otras palabras, la alta tecnología y el alto empleo no tienen que ser mutuamente excluyentes. Estamos viviendo la prueba de eso hoy.

Dada esta sincronicidad entre el empleo y la tecnología, creo que tenemos razones para esperar que los empleos sean más accesibles, más flexibles y más liberadores en las próximas dos décadas.

He aquí cinco cambios importantes que se anticipan:
1. La inteligencia artificial y la robótica finalmente crearán más trabajo, no menos. Al igual que en la actualidad.
2. No habrá falta de empleos sino, de no adoptar las medidas adecuadas, una escasez de personas calificadas para ocupar esos empleos.
3. A medida que el trabajo remoto se convierta en la norma, las ciudades ingresarán a las guerras de talentos del futuro. Desconectar el trabajo de un lugar les dará a las personas una nueva libertad geográfica para vivir donde deseen, y las ciudades y las áreas metropolitanas competirán para atraer a esta nueva fuerza laboral móvil.
4. Según las tasas de crecimiento de la fuerza laboral del estudio Freelancing in America 2017, para el año 2027 la mayoría de los trabajadores será independiente.
5. El cambio tecnológico seguirá aumentando, por lo que el aprendizaje de nuevas habilidades será una necesidad constante durante toda la vida.

El debate más constructivo no es si habrá o no cambios, sino qué debemos hacer para garantizar los mejores y más inclusivos resultados.

Estas son algunas recomendaciones que podrían ayudar a guiarnos hacia un futuro de trabajo positivo:

Solución No. 1: Repensar la educación
El rápido cambio tecnológico significa que las personas que operan máquinas en continua evolución deben aprender nuevas habilidades rápidamente. Debemos construir un sistema educativo para el aprendizaje permanente, y una cultura que lo promueva.

Los programas de formación profesional centrados en las habilidades, así como otras formas de aumentar el nivel de habilidades (como las pasantías), deben ser ampliamente accesibles y asequibles.

Además, nuestro sistema educativo debe dotar a las personas de habilidades en las que las máquinas no son buenas (todavía).

A medida que el Gobierno se adapta en todos los niveles a una fuerza laboral cambiante, las empresas también deben asumir parte de la carga. Y, al igual que el Gobierno, es necesario que las empresas inviertan tanto en la fuerza laboral que tienen hoy como en la que necesitarán mañana.

Solución No. 2: Cambiar las protecciones laborales de una red de seguridad a un trampolín
Nuestros sistemas de impuestos, asistencia médica, seguro de desempleo y jubilación se crearon para la era industrial, y no beneficiarán a nadie en el futuro si no podemos hacer reformas importantes.

Para ser eficaz, la red de seguridad del futuro debe utilizar la tecnología para ofrecer beneficios. También debe ser diseñada por sus partes interesadas, no solo los ciudadanos que reciben capacitación, sino también las empresas, los sindicatos y otros grupos que dependen de esa recapacitación y mejora de las habilidades para garantizar que puedan cumplir sus objetivos con los trabajadores en desarrollo.

Solución No. 3: Ofrecer a las personas más libertad y flexibilidad
Mediante la acción conjunta, el Gobierno y las empresas pueden facilitar la vida de las personas al crear más inclusión. Pueden comenzar a hacerlo al aceptar el trabajo remoto, el horario flexible y el poder de la plataforma.

El mensaje de hoy al Gobierno es: “Lo primero es no perjudicar”. Pero lo más importante, mirar hacia adelante, alentar políticas gubernamentales que no desalienten el trabajo independiente, incluido el trabajo autónomo, puede permitir que trabajen más personas que de otra manera no podrían hacerlo.

El fomento del trabajo a distancia y el horario flexible podría favorecer la participación de las mujeres en la fuerza laboral y, según algunos economistas, reducir la desigualdad de género.

Las comunidades locales también pueden facilitar el trabajo independiente mediante la creación de más espacios de trabajo virtuales y herramientas para llevar a cabo el trabajo.

Desde las recientes oleadas de desindustrialización, las economías occidentales han visto una reducción de las clases medias. Ahora, la cuarta revolución industrial —o 4IR— está permitiendo la globalización 4.0, y aunque sus efectos positivos probablemente sean tan contundentes como las versiones anteriores, o más, debemos asegurarnos de que esta revolución genere el crecimiento más inclusivo posible para todos.

Está en cada uno de nosotros, como ciudadanos globales y partes interesadas individuales, ayudar a crear ese camino, uno que ofrezca el futuro del trabajo que las personas necesitan, así como la capacitación y el apoyo para que prosperen.

Stephane Kasriel directora ejecutiva, Upwork