«Percepciones en la era digital: IA y la transformación de actitudes”: Alejandro Molina, fundador de Revitalización Organizacional
En la era digital, las redes sociales e internet han transformado nuestras actitudes frente a una diversidad de temas, influyendo en cómo percibimos la actualidad cotidiana y en cómo nos relacionamos con la información. Durante su conferencia, Alejandro Molina abordó de qué manera la irrupción de la Inteligencia Artificial (IA) ha añadido un nuevo giro a este proceso, amplificando tanto las oportunidades como los retos.
Uno de los puntos clave mencionados por Molina es que las redes sociales han modificado de manera drástica la forma en que nos enfrentamos a diversos temas, como la política, la salud, la cultura y la economía. Sin embargo, el impacto de la IA ha ido más allá, influyendo en la manera en cómo interpretamos y procesamos la información.
La Inteligencia Artificial, a través de algoritmos sofisticados, analiza grandes volúmenes de datos y proporciona recomendaciones personalizadas, lo que puede sesgar nuestra percepción y fortalecer actitudes preconcebidas al exponernos a contenido que refuerza nuestras opiniones. Esta capacidad de la IA de «curar» contenido crea una burbuja de información que puede limitar nuestra exposición a puntos de vista diferentes y, por tanto, diversos.
Otro desafío importante que Molina abordó es la sobrecarga de información a la que estamos expuestos en la era digital, especialmente con la proliferación de noticias falsas o “fake news”. Este fenómeno ha generado un panorama de desinformación, en el que es complejo distinguir entre lo que es veraz y lo engañoso. Si bien las herramientas basadas en IA pueden filtrar y clasificar información, también pueden propagar datos erróneos si no están diseñadas o entrenadas adecuadamente.
Uno de los aspectos más preocupantes que afecta nuestras actitudes, es el creciente protagonismo de los influencers en las redes sociales. Alejandro Molina señaló que, en muchos casos, pueden emitir juicios sobre algunos temas en los que no son totalmente expertos. En ocasiones, pueden compartir opiniones basadas en desinformación o incluso difundir noticias falsas sin la previa verificación de su veracidad.
La influencia que ejercen estas figuras puede distorsionar nuestra comprensión, ya que sus millones de seguidores confían en su criterio sin un análisis crítico profundo. Este fenómeno genera un círculo vicioso en el que las actitudes se ven influenciadas por fuentes no autorizadas, perpetuando así la desinformación.
Los resultados que generan las aplicaciones de IA deben ser evaluados con criterios de validez, proporcionados por seres humanos con el conocimiento adecuado. La IA no puede sustituir el juicio humano ni la capacidad de discernir lo verdadero de lo falso. Por ello, es esencial contar con procesos que permitan corroborar la información y validar los datos que se nos presentan.
Finalmente, Molina subrayó la necesidad de verificar la información que proporcionan las aplicaciones de Inteligencia Artificial. Aunque la IA puede procesar datos rápidamente y ofrecer respuestas aparentemente válidas, es crucial que las personas mantengan una actitud crítica frente a esta tecnología.
