La comunicación en el lugar de trabajo tiene un impacto significativo en la experiencia, la motivación, el compromiso y el bienestar de los empleados. Las organizaciones con culturas de comunicación abiertas, honestas y transparentes disfrutan del invaluable beneficio de contar con colaboradores felices y satisfechos.
Una de las lecciones significativas que el tiempo reciente nos ha dado es volver a lo básico, y la comunicación se inscribe en ese aspecto. Somo seres sociales por naturaleza, la comunicación es distintiva del ser humano y por ser algo esencial, solemos darla por un hecho y no ponerle la atención y énfasis que merece.
Una propuesta para enriquecer la comunicación al interior de una organización consiste en adoptar el modelo de cultura basada en fortalezas. Un primer paso consiste en identificar cuáles son nuestras fortalezas en términos de comunicación y cómo estas determinan nuestra forma única de comunicarnos y procesar la información. Por ejemplo, algunas personas piensan mucho las cosas antes de decir algo e incluso llegan a tomar notas; en el extremo opuesto están quienes piensan mientras hablan.
A continuación se ejemplifican las fortalezas comunicativas que con más frecuencia aparecen en las personas:
Una vez que las personas del equipo identifican cuáles son sus fortalezas y cómo sacarles el mejor provecho, pueden ocuparse de superarse como interlocutores. Esto es, pensar qué es lo que sus audiencias necesitan saber y de dónde viene, y qué información es indispensable compartir. Comprender esto lleva a crear mejores colaboraciones y objetivos de equipo más claros.
Un espacio idóneo para llevar a cabo este modelo son las reuniones de equipo, mientras discutimos quiénes somos y cómo vamos a operar. Los gerentes, por su parte, harán bien en asegurarse que su propia comunicación tenga al menos estos elementos:
La cultura de la organización y la comunicación son elementos recíprocos. La cultura se define por la forma en que las personas se comunican, interactúan, cómo se comparte la información y cómo se toman las decisiones. La comunicación efectiva, a su vez, ayuda a crear relaciones positivas dentro y fuera de la organización.
Al aplicar a la comunicación el enfoque de la cultura basada en las fortalezas se crea una mayor conciencia del papel que cada uno de nosotros juega en la organización y cómo podemos inspirarnos –e inspirar a otros– capitalizando nuestro mejor potencial comunicativo. Demos a la comunicación la importancia y lugar que merece, en tanto es nuestra naturaleza y matiza la calidad de las relaciones interpersonales en cualquier ámbito.
Con información de El Economista.
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