Visítanos en: www.amedirh.com.mx 31 Si los juzgadores son elegidos por voto popular, habrá una evidente pérdida del conocimiento ya adquirido por ellos, así como de la capacitación y curva de aprendizaje que tanto tiempo, esfuerzo y dinero tomó desde la implementación de la reforma laboral precedente. Adicionalmente, estamos de cara a escenarios políticos complejos, en los cuales las empresas buscarán certeza para sus inversiones y la actual reforma sólo aleja la certidumbre; como ocurre con el nuevo periodo de Donald Trump en la presidencia de los Estados Unidos de América —me sigue resultando difícil de creer—. Supongamos, por ejemplo, que en una plaza donde tiene presencia importante una empresa, la misma no vaya a caer en la tentación de querer que los jueces de esa localidad sean designados por su influencia o la de grupos políticos cercanos. Igualmente, no podríamos permanecer ajenos a que lo mismo suceda en el caso de la designación de jueces en donde puedan influir sindicatos o factores reales de poder, con intereses en la resolución de los conflictos laborales; en particular los de carácter colectivo. A la fecha en que escribo, se aprobó la eliminación de cualquier tipo de recurso o inconformidad planteado en contra de las reformas ejecutadas desde el Congreso de la Unión por la actual mayoría legislativa. Con esto, una mayoría electoral pretende justificar una refundación política de la República. Modificar estos aspectos fundamentales tendría que implicar un acuerdo constituyente entre todas las fuerzas ciudadanas, sociales, económicas, académicas, políticas y al parecer lo que se quiere evitar es escuchar. ¿Será que no se entiende, otra vez, cual es el problema? O más bien, ¿se entiende perfectamente cual es la circunstancia? Al final, ¿qué preferirán los ciudadanos, los trabajadores y los negocios? La respuesta la considero evidente, es tener las condiciones para generar empleos, riqueza y bienestar. El problema principal con los jueces, es que no los hay... y no como han sido designados. En fin, en este país vivimos para reformarlo todo, buscando que nada cambie, desperdiciando momentos y largos procesos de capacitación y aprendizaje. Sin duda nos gusta perder lo aprendido por miopías políticas e ideológicas. El contenido es responsabilidad del autor. 1 Hernández, J.l. (2009) “Política, elecciones y kakistocracia en México”. En Revista Casa del Tiempo. Universidad Autónoma Metropolitana. Disponible en: https://www.uam.mx/difusion/casadeltiempo/22_23_iv_ago_sep_2009/ casa_del_tiempo_eIV_num22_23_68_71.pdf MARCO LEGAL En promedio, contamos con 4.4 jueces y magistrados por cada 100 mil habitantes, lo que significa una cuarta parte del promedio mundial que ronda los 18 jueces o magistrados por cada 100 mil personas.
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