Visítanos en: www.amedirh.com.mx 21 fehacientes de los valores que desean fomentar. Esto implica practicar la escucha activa, tener empatía, brindar retroalimentación constructiva y fomentar una cultura de confianza. Un líder comprometido con el bienestar reconoce que los logros empresariales no pueden alcanzarse sacrificando la salud o el equilibrio personal de su equipo. Asimismo, es quien asegura que las metas sean alcanzables y que las jornadas de trabajo respeten los tiempos de descanso. En contextos inciertos, este tipo de liderazgo es especialmente valioso porque brinda estabilidad emocional y orientación clara en momentos de ambigüedad. Liderar el bienestar en la empresa En una organización comprometida con el bienestar como eje estratégico, la dirección de Bienestar es mucho más que un área gestora de programas; en realidad es una función donde se forja la arquitectura de la cultura, con liderazgo transversal y enfoque en la transformación. Su responsabilidad principal es diseñar, coordinar y garantizar la ejecución de una estrategia integral —y no sólo programas o actividades—, para promover entornos laborales saludables, inclusivos y sostenibles, alineados con los objetivos de productividad del negocio. La función implica conectar la visión corporativa con las necesidades reales de los colaboradores, traduciendo la intención en políticas, prácticas y métricas claras. Está encargada de articular áreas como Recursos Humanos, Seguridad e Higiene, Comunicación Interna y Desarrollo Organizacional para construir una experiencia laboral coherente, donde el bienestar no sea un proyecto aislado, sino esencial en la operación cotidiana. La dirección de Bienestar debe contar con competencias en liderazgo empático, análisis de datos, diseño organizacional y gestión del cambio. Su compromiso ético consiste en velar por el equilibrio entre personas y resultados, garantizando que el rendimiento se logre pero jamás a costa del desgaste físico o emocional. De igual forma, debe establecer mecanismos de escucha activa de “la voz del colaborador”, fomentar la innovación en beneficios y desarrollar modelos de evaluación que midan el impacto del bienestar en indicadores clave como productividad, retención, clima laboral y reputación de marca empleadora. Por tanto, su liderazgo estratégico es decisivo para consolidar una cultura de bienestar que sea, al mismo tiempo, humana y altamente productiva y rentable. RH y cinco desafíos ineludibles A pesar de los beneficios, implementar un enfoque de bienestar con profundidad y coherencia en las empresas mexicanas implica superar retos importantes que en AMEDIRH hemos identificado como una constante. Convicción de la alta dirección: el primero y más importante de los desafíos es lograr que la alta dirección apruebe y se comprometa activamente con el bienestar. Esto requiere un cambio de visión estratégica en el que se entienda que el capital humano no es un recurso que se explota, sino una inversión que se cuida. La convicción de la alta dirección debe traducirse en políticas claras, objetivos medibles y una asignación de recursos sostenida en el tiempo. GRANDES TENDENCIAS
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