Las empresas se han ido adaptando conforme las “nuevas generaciones” han tomado puestos gerenciales. El concepto de liderazgo se ha ido complementando de tal manera, sin embargo, ¿los valores han cambiado?
El término burnout que, traducido al español, se conoce como el síndrome del trabajador quemado, hoy ya es parte del vocabulario de la mayoría de los trabajadores y directivos, por lo que debemos entender sus causas para evitar su impacto hacia la calidad de vida las personas, con miras a un mercado cada vez más exigente que busca los mejores resultados y elevar la calidad de servicio.
En la actualidad nuevas formas de colaboración adquieren más fuerza, tal es el caso del trabajo remoto y del trabajo híbrido que mezcla el esquema remoto con un modelo presencial.
Cuando las empresas buscan mejorar el rendimiento recurren a la contratación de los mejores en sus campos, y a la creación de equipos que puedan tener un impacto positivo para el éxito empresarial general. Este año, sin embargo, las empresas han tenido que adaptarse a diferentes desafíos, y la contratación ha quedado en una baja prioridad para muchos.
Hace ya dos años que, debido a la pandemia por el virus SARS-CoV-2, el mundo laboral cambió. Y en la vorágine de los nuevos procesos de adaptación, las empresas han tenido que estar muy atentas de las tendencias imperantes para ayudar en la gestión de recursos humanos y su impacto favorable para los colaboradores.
Al inicio de la pandemia, la principal preocupación de muchas empresas era cómo implantar el trabajo en casa en tiempo récord y con el miedo a que los trabajadores no trabajen de las misma forma al hacerlo a distancia. Ahora, además, lo es gestionar el proceso de vuelta a la oficina, la ‘operación retorno’ de los empleados al espacio laboral.