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¡Qué tu talento no muera de aburrimiento!

11 de septiembre de 2017
¡Qué tu talento no muera de aburrimiento!

Pasar horas en la oficina sin hacer nada productivo, distraerse ante la menor provocación y mantener una mala actitud, son síntomas del llamado síndrome de boreout o del aburrimiento.

Se estima que este padecimiento lo sufre 15% de los trabajadores mexicanos, según datos del portal de ofertas laborales Trabajando.com México. Y se deriva del incumplimiento de expectativas empresariales: “Las compañías prometen un crecimiento, un buen sueldo y grandes desafíos profesionales, pero a la mera hora terminan decepcionado a los colaboradores”, explica Margarita Chico, directora general de la plataforma.

Aunque las causas también provienen del mismo trabajador. Pues cuando realiza una actividad distinta a la de su formación académica, lo más probable es que exista fastidio, aburrimiento y hasta desprecio por el trabajo. Esta insatisfacción, asegura Chico, se ha presentado en siete de cada 10 mexicanos, quienes laboran en algo diferente a lo que estudiaron.

Sin embargo, menciona Eduardo Pascual, director de Consultoría y Talento en Aon México –en la mayoría de los casos–, la responsabilidad recae en las organizaciones:

“Una persona que no ejerce su vocación es evidente que va a tener problemas para ser productiva, por esta razón, las compañías tienen que proveerla de herramientas, motivarla y vincularla emocionalmente para conseguir que dé el 100%”, expone.

La encuesta ‘Relaciones en el trabajo», realizada por el portal Bumeran.com México a 2,000 empleados, indicó que 39% de los encuestados se siente desmotivado en el trabajo debido a las malas decisiones que toma su líder, mientras que 51% se frustra al no tener los medios necesarios para desarrollar sus actividades.

En estos casos, a los trabajadores no les queda otra opción más que esperar, frente a una computadora, que llegue su hora de salida, lamenta Rogelio García, director general de Bumeran.com México.

¿Flojera o aburrimiento?

El verdadero problema se presenta cuando un trabajador con boreout es confundido con un empleado vago, flojo y que no quiere hacer nada, una actitud juzgada por los altos mandos.

Una de las consecuencias de este síndrome es que el empleados es ignorado por los jefes, a tal grado de quitarle responsabilidades por miedo a que las haga mal o no las concluya y, lo peor de todo, es que es relegado por sus propios compañeros, dice Pascual.

“Las personas con un bajo nivel de actitud requieren de un mayor acercamiento, no se tratar de estar detrás de él, pero sí de brindarle asesoría profesional y personal, enfocar sus objetivos con los de la empresa y, por consecuencia, elevar su productividad”, agrega el especialista de Aon.

De no ‘tomar cartas en el asunto’, las pérdidas económicas pueden ser altas. Si bien no hay cifras para el mercado mexicano, Eduardo Pascual refiere que en Estados Unidos, por cada persona improductiva se pierden hasta 10,000 dólares anuales.

Respecto al empleado, el peor desenlace, expone García, es la evolución del aburrimiento a un cuadro de ansiedad y depresión. Por esta razón, los tres especialistas ofrecen recomendaciones para que los trabajadores recuperen la felicidad laboral y las empresas no desaprovechen su talento:

1. Las organizaciones deben fomentar una mayor comunicación con sus empleados, escucharlos, entender su forma de pensar y, juntos, implementar nuevas metas.

2. Los colaboradores autónomos y empoderados trabajan mejor, por lo que un líder tiene que apostar por la flexibilidad de horarios y confiar en el criterio y el talento de sus empleados.

3. Las empresas tienen que dejar de desarrollar estrategias orientadas a temas de negocio, ventas y rentabilidad. Primero deben asegurarse de que el talento trabaja en buenas condiciones y si está en posibilidades de contribuir.

4. Ofrecer programas de asistencia y apoyo psicológico, profesional y financiero es una buena forma de demostrar que los empleados son importantes para la compañía.

5. Las malas actitudes se contagian, por lo que a la primera señal de inconformidad, los líderes tienen que actuar y decir si la mejor solución es hablar con el empleado, motivarlo o despedirlo.

Fuente: Z. L. – CNN Expansión.